Cómo preparar leche de avena

La leche de avena es muy interesante para todos aquellos que no pueden consumir lácteos por intolerancia a la lactosa, colesterol alto o simplemente por una decisión ética o alimenticia. Es, quizás, una de las más suaves leches vegetales que existen y te aportará muchas de las propiedades que tiene dicho cereal. Puede hasta incluso consumirse como agua de día, ayudando así a combatir problemas tales como el colesterol o el estreñimiento, dado su contenido de fibra.

Ingredientes:
Un litro de agua
150-200 gramos de avena en copos
Una pizca de sal
 Una pizca de canela

Preparación:
Coloca la avena a remojar en el agua durante aproximadamente dos horas. Posteriormente, procesa con la batidora hasta que te quede un líquido bien blanco y la avena lo más fina posible. Cuela con un colador fino y separa la leche por completo de la pulpa de la avena. Añádele una pizca de sal y una de canela y verás lo rica que queda, lista para usar como tú quieras.

El resto de la avena no hace falta tirarlo, ni mucho menos. Puedes emplearlo de base para preparar unas hamburguesas, croquetas, para algún relleno o lo que se te ocurra.